martes, 24 de noviembre de 2009

¿Podemos las mujeres sacar al mundo de la crisis?

Empecemos por lo que nos ha llevado hasta aquí, hasta el momento en el que usted tiene que hacer todavía más piruetas para llegar a finde mes. Investigadores de la Universidad de Cambridge midieronlos niveles de testosterona a financieros de uno de los grandes centros de poder económico mundial, la City de Londres. Y descubrieron que cuando uno de esos hombres se levantaba con el nivel de hormonas por encima de lo habitual, ese día arriesgaba mucho más dinero. A más riesgo, más posibilidad de amasar una fortuna, pero también, de perderla.
¿Hubiéramos actuado las mujeres de manera diferente?
La Premio Nobel de la Paz Jody Williams está convencida de que la crisis sería menos si más mujeres tuvieran poder. Quizá el mejor ejemplo sea Islandia. A principios de este año la ONU señalaba al país nórdico como el mejor lugar del mundo para vivir, y sus habitantes se declaraban los más felices del planeta. Semanas después todo se derrumbó, y los islandeses pasaron del sueño a la pesadilla: políticos y banqueron los habían conducido a la bancarrota, convirtiendo a Islandia en el primer estado del mundo en declararse en quiebra. Entonces salieron al rescate algunas mujeres, ocupando los puesto que habías dejado vacantes los hombres. Tras la espantada del primer ministro, la presidencia del gobierno la asumió Yohanna Sigurdardottir. Y otras dos mujeres se pusieron al frente de los dos grandes bancos del país. "Mujeres islandesas os toca limpiar el desorden masculino", tituló entonces el Financial Times.

Se trata de quitarle algo de testosterona al capitalismo, y añadirle otros valores. ¿Qué resultaría del trueque? Dicen los antropólogos que ellos son más competitivos, agresivos y propensos a usar la fuerza. Y que nosotras, sim embargo, somos más precavidas. No sólo buscamos beneficios económicos inmediatos, sino también mejoras sociales. Invertimos de manera emocional creyendo en los valores. Pensamos a largo plazo. Y trabajamos más en equipo. La explicación hay que buscarla dentro del cerebro, en las neuronas espejo, responsables de sentir como propias las emociones de los demás. Las mujeres las tenemos en mayor número porque durante millones de años hemos tenido que entender a nuestros bebés antes de que ellos pudieran hablar, sólo con un gesto, un sonido, un llanto. Por eso somos mejores entendiendo a los demás, poniéndonos en su lugar, construyendo relaciones sociales que pueden servir tanto para una charla intranscendente con amigas, como para cerrar un importantísimo acuerdo económico de la manera más provechosa para todos.

Quizá por eso en Estados Unidos las empresas que más están ganando en tiempos de crisis son las que tienen el porcentaje más alto de directivas. Aquí todavía estamos lejos. En los consejos de administración de las grandes empresas españolas, las del Ibex 35, sólo hay 35 mujeres por más de 500 hombres. En los hogares ocurre todo lo contrario. Con el desplome de la construcción y del sector automovilistico, cientos de miles de hombres se han quedado en el paro, y el único sustento que tienen esas familias es el trabajo de la mujer. Antes, un aporte 'extra' a la economía doméstica, hoy, un dinero básico para subsistir.

También cuentan algunos responsables de ONGs que, cuando la situación es límite, a los hombres les da más vergüenza pedir, y que son ellas, las esposas y madres, las que esperan pacientemente en las colas de los comedores sociales o en los centros de ayuda a desempleados. A la mujer no le importa pasar ese mal trago, con tal de velar por los suyos.

Sin las mujeres no saldremos de esta crisis. No se puede derrochar el talento del 51% de la población. Pero un mundo femenino no será necesariamente mejor que uno masculino. En la mezcla está la combiación perfecta. El máximo potencial llega cuando se unen, al cicuenta por ciento, las cualidades de ambos sexos.

Carme Chaparro, periodista
STYLISSIMO Nº 2 OTOÑO 2009

martes, 10 de noviembre de 2009

Cuento Hipatia



Hace unos años la Junta de Andalucía difundió cuentecillos sobre la vida de mujeres relevantes en la historia. Ahora os enseñamos el de nuestra protagonista: Hipatia.